El síndrome del impostor y el diseño gráfico

El síndrome del impostor y el diseño gráfico

10/10/2024

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El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que afecta a personas en múltiples disciplinas, y el diseño gráfico no es una excepción. Se trata de una sensación persistente de que no eres tan talentoso o competente como los demás piensan. Sientes el miedo a ser «descubierto» como un fraude. Aunque muchos diseñadores gráficos experimentan este sentimiento, es importante reconocerlo y aprender a gestionarlo para no frenar tu crecimiento personal y profesional.


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¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es la creencia irracional de que tus logros no son merecidos y que tu éxito es el resultado de la suerte, el error o el engaño. Para los diseñadores gráficos, esta sensación puede manifestarse en pensamientos como: ”No soy tan creativo como el resto de mis compañeros”; «Mi portafolio es muy mediocre, no sé cómo logré entrar a la empresa”; o “Van a descubrir que no sé lo suficiente sobre tipografía o teoría del color”.

Estos pensamientos negativos, nos pueden provocar ansiedad, afectar a nuestra autoestima, y en algunos casos, condicionar a que no nos aventuremos con nuevos retos por miedo a “no estar a la altura”. Sin embargo, este fenómeno psicológico, no cuenta con base real en las capacidades del individuo y afecta con frecuencia tanto a diseñadores experimentados como a principiantes.

¿Por qué los diseñadores gráficos somos tan susceptibles al síndrome del impostor?

El mundo del diseño gráfico está lleno de desafíos creativos con muy altos estándares. Quizás conocer algunos de los factores que contribuyen a que los diseñadores gráficos seamos particularmente vulnerables al síndrome del impostor, te puede ayudar a reflexionar sobre tu caso en particular. Vamos a conocerlos.

  1. Competencia constante: Como he comentado al inicio de este apartado, el diseño gráfico es un campo muy competitivo, y con una evolución constante de tendencias, herramientas y tecnologías. Es muy fácil sentirse abrumado o que nunca se está completamente al día.
  2. Feedback subjetivo: El diseño gráfico en ocasiones tiene un aspecto altamente subjetivo. Lo que a una persona le parece impactante, a otra puede no impresionarle. La crítica constante puede hacer que los diseñadores cuestionen su talento y se sientan menos seguros a tomar ciertos pasos en su trabajo.
  3. Visibilidad del trabajo: A menudo, los diseñadores gráficos tienen que exponer su trabajo públicamente, en redes sociales, en el portfolio, etc. Este nivel de exposición puede aumentar la sensación de estar “bajo un examen constante” y, por tanto, intensificar el miedo a ser juzgado o señalado por no estar a la altura.
  4. Multifacético: Un buen diseñador gráfico no sólo necesita tener habilidades visuales, también necesita contar con un alto conocimiento en programas de diseño gráfico, saber de branding, comunicación, etc. Esta multifuncionalidad puede hacer que un diseñador se sienta abrumado o inadecuado si no domina todas las áreas a la perfección.
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Cómo reconocer los síntomas del síndrome del impostor en el diseño gráfico

Algunos signos clave que indican que puedes estar experimentando el síndrome del impostor pueden ser:

  • Autosabotaje: Pospones proyectos por miedo a no hacerlo «perfecto», lo que te lleva a procrastinar o a evitar comenzar un trabajo.
  • Rechazo del éxito: Cuando recibes elogios por tu trabajo, sientes que es inmerecido o piensas que la otra persona está exagerando.
  • Exigencia extrema: Te impones estándares inalcanzables, lo que provoca agotamiento y una sensación constante de que «podrías haber hecho más.»
  • Miedo al fracaso: Te preocupa más ser criticado o no estar a la altura, lo que te impide aceptar nuevos retos o a presentar propuestas más originales y arriesgadas.

Consejos para superar el síndrome del impostor como diseñador gráfico

Si sientes que el fantasma del síndrome del impostor te acecha bajo el escritorio, te quiero dejar una serie de consejos para ayudarte. Tómatelos con calma y medita cada uno. Quizás te pueden resultar muy útiles cuando vuelvas a enfrentarte a este fenómeno.

  1. Reconoce tus logros: Mantén un registro de tus éxitos, grandes o pequeños. Anota los elogios que recibes y las metas que has logrado cumplir. Esto te ayudará a cambiar la narrativa interna hacia una de reconocimiento de tu esfuerzo. Contribuirá a que te valides aún más como profesional. Por ejemplo, a mí me ayudó especialmente desarrollar mi portfolio de diseño gráfico. Me gusta visitarlo de vez en cuando y me permite estar más en conexión con mis capacidades creativas.
  2. Acepta la crítica constructiva: Intenta no ver la crítica como una amenaza a tu habilidad. Acéptala como una oportunidad de crecimiento. El feedback es una herramienta valiosa para mejorar y no un juicio sobre tu valor como profesional.
  3. Rodéate de apoyo: Encuentra tu comunidad. Comparte tus sentimientos con otros diseñadores o colegas. Es probable que muchos hayan pasado por lo mismo. Tener una red de apoyo que entienda tus desafíos te ayudará a sentirte menos solo y más seguro de tu trabajo.
  4. Apuesta por el aprendizaje continuo: El diseño gráfico es un campo en constante evolución, por lo que es normal no saberlo todo. En lugar de dejar que la inseguridad te frene, comprométete a seguir aprendiendo. Con cada curso, tutorial o nueva herramienta que domines, fortalecerás tu confianza.
  5. Evita compararte: La comparación es un enemigo silencioso. Cada diseñador tiene su propio camino, estilo y proceso creativo. En lugar de compararte con otros, enfócate en mejorar tus habilidades y progresar en tu propio camino. ¡Cuidado con las redes sociales! Aunque son una estupenda fuente de inspiración, también son una trampa peligrosa: es fácil caer en el juego de las comparaciones y sentirte menos que otros diseñadores gráficos.
  6. Reformula el miedo al fracaso: No todos los proyectos van a terminar siendo perfectos, y eso está bien. El error es parte del proceso creativo. Aprende a ver los fracasos como oportunidades para evolucionar y refinar tu estilo gráfico.
  7. Celebra tus diferencias: La creatividad está en la diversidad de perspectivas y enfoques. Reconoce que tu estilo y tu enfoque son valiosos precisamente porque son únicos. No todos los diseñadores gráficos tienen que ser iguales para ser excelentes profesionales.

Mi experiencia personal con este fantasma

Cualquier persona que haya dedicado su carrera al diseño gráfico y haya aprendido de forma autodidacta lo que sabe, tarde o temprano se encontrará frente a la sombra del síndrome del impostor. En mi caso, no me formé directamente en diseño gráfico. Estudié Ingeniería Informática y Comunicación Audiovisual, y mi camino acabó desembocando en el diseño gráfico por una fuerte conexión personal. Me fascinaba todo lo relacionado con esta disciplina.

A lo largo de mi carrera, he trabajado por cuenta ajena en empresas multinacionales, me he lanzado a emprender con un par de proyectos que pocos comprendían, colaborado desde casa con agencias internacionales y lanzado un canal de YouTube con un enfoque que tampoco lograba entender del todo mi entorno. Por supuesto que he sufrido el síndrome del impostor en más de una ocasión; sería hipócrita si no lo reconociera. Pero también puedo decirte que todo lo que recomiendo en este artículo me ha ayudado personalmente, y estoy seguro de que también puede ayudarte a ti. Sólo es cuestión de observar las cosas con un poco de distancia y objetividad. Cualquiera de los consejos mencionados anteriormente puede ser una herramienta valiosa para librar esta batalla y salir victorioso.

Conclusión

El síndrome del impostor es un obstáculo emocional al que muchos diseñadores gráficos se enfrentan en algún momento de su carrera. No estás solo/sola. Reflexiona para que no llegue a convertirse en un muro para tu creatividad. 

Reconocer que estos sentimientos son muy comunes y que no reflejan tu verdadera habilidad es el primer paso para superarlo. A medida que seas más consciente de tus fortalezas, te apoyes en una comunidad de diseñadores de confianza y continúes desarrollando tus habilidades, podrás dejar atrás a este “saboteador interno” y abrazar todo tu potencial creativo.

Recuerda: has llegado donde estás, no por suerte, sino por tu trabajo y talento. ¡Ánimo!

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