Lance Wyman, maestro en el diseño de logos
Lance Wyman: “Aunque el diseño no pueda cambiar al mundo, sí puede mejorar las vidas de las personas”.
El diseño abarca muchas áreas dentro del branding visual o de la identidad de marca de una empresa, pero el diseño de logos es donde las buenas ideas destacan entre el resto. Lance Wyman, es un diseñador gráfico estadounidense casi mexicano de adopción. Un día este neoyorkino decidió que lo suyo era crear símbolos con imágenes sintéticas representativas de conceptos, que ayudaran a la gente a entender la información sin necesidad de saber leer o conocer un idioma. La señalética y el diseño de logos se convirtió, valga la redundancia, en su seña de identidad. Aunque muchos lo conoceréis por el logo de las olimpiadas de México ’68 plasmado en vuestro moderno bolso bandolera de segunda mano.
Lance Wyman, pionero en el diseño de logos
Corría el año 1960 cuando Wyman se graduó en diseño industrial y comenzó a despuntar en disciplinas que aún no se estudiaban prácticamente en las universidades de Estados Unidos: el diseño gráfico y el diseño de logos.
Su primer trabajo fue el diseño del logo para el Pabellón Chrysler de la Feria Internacional de Nueva York, donde demostró que una imagen sintetizada jugaba un papel fundamental dentro de una campaña de imagen. Así fue como en 1966 ganó el concurso convocado para la creación de la imagen visual de los Juegos Olímpicos de México 1968.
Gracias a este trabajo, se estableció en México cuatro años, y llegó a idear los proyectos gráficos del Metro en Ciudad de México y de la Copa del Mundo en 1970. Aquellos diseños de logos para el Metro, que aún siguen vigentes, relacionaban cada estación con un elemento representativo de la zona. De esta forma, los usuarios podían reconocer hacia dónde se dirigían sin necesidad de saber Español.
Según este diseñador, “la iconografía puede enriquecer el imaginario colectivo, ya que desarrolla una comprensión del lugar, el mensaje, sin necesidad de conocer diferentes lenguas. Los logos son embajadores visuales y su impacto depende de lo bien que transmitan el mensaje”. Posteriormente, también en México, realizó los diseños de la Central de Abasto, el Museo Marco de Monterrey, o el Papalote Museo del Niño. También se encargó de diseñar el logo para el Día Mundial de la Tierra, la Librería del Congreso, los mapas del metro de Washington y de varias cadenas hoteleras.
El nuevo lenguaje de los símbolos
Podría decirse que Wyman creó un nuevo lenguaje: los símbolos urbanos. Un sistema de comunicación en el que sobran las palabras y es accesible a todo el mundo. Universal. Y detrás de cada icono, de cada logo, hay un proceso creativo que comienza con una inmersión por parte de Wyaman en la historia y la cultura de la localidad, para lograr la conceptualización de una imagen que contenga la esencia de esa ciudad.
Como explican los expertos, los iconos de Wyman cruzan la frontera del diseño de logos para convertirse en un sistema de comunicación alejado de la palabra escrita. Apuesta por la síntesis visual que tiene el mismo sentido para un habitante de la ciudad que para un turista extranjero. Su gran aportación en la creación del lenguaje de pictogramas es el Metro de Ciudad de México, y aunque se inauguró hace casi 50 años años, la señalética se ha integrado en el imaginario colectivo y los mexicanos le tienen un gran respeto. En 2014 se celebró una exposición retrospectiva del trabajo de Wyman en México, y en 2017 el diseñador cumplió 80 años.
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