Cómo escoger la mejor tipografía para tu proyecto
¿Quieres aprender a escoger la mejor tipografía para tu proyecto? ¿y dejar de malgastar horas buscando? Seguro que en alguna ocasión donde necesitabas una fuente para un determinado proyecto, has malgastado demasiado tiempo… obsesionado con encontrar la mejor tipografía.
¿Te ha pasado? No estás solo. Yo también soy culpable y he perdido muchísimo tiempo navegando plataformas. Las tipografías tienen algo hipnótico que atrapa…
No seleccionar la tipografía más apropiada para tu proyecto es un error muy común. Una fuente correcta no sólo es clave para llamar la atención, también contribuye a mantener una conexión visual. Y es que, la fuente que utilicemos, va a decir mucho sobre nuestro diseño. Si escogemos mal, podemos evocar asociaciones equivocadas o confundir a nuestra audiencia. Tampoco deberías escogerla guiándote de tus gustos personales. La elección no sólo debe basarse en criterios estéticos, también en funcionales, para contribuir mejor con la comunicación del mensaje. Piensa que escoger una tipografía u otra puede cambiar completamente el resultado final de nuestros diseños.
Índice de contenido
Consejos para escoger la mejor tipografía para tu proyecto de diseño gráfico
Aquí te dejo algunos consejos que te pueden ayudar a localizar la fuente idónea para tu proyecto. Por favor ten presente, que estas claves son meras generalizaciones, y que al final eres tú quien conoce el contexto y las necesidades puntuales de tu proyecto.
No tomes los consejos como reglas inquebrantables, aunque espero que después de conocer estos 8 puntos, elegir tipografías te sea mucho más fácil.
1. Conoce a tu público objetivo
El estilo de tipografía debe ser acorde con los gustos de nuestro audiencia. Por ejemplo, no es lo mismo diseñar para gente mayor, que suele contar con gustos más tradicionales, que para gente joven, con quienes podemos tomar más riesgos. Posiciónate en el papel del consumidor, para reflexionar qué tipo de fuente tipográfica es más cercana a la visión y valores que pretendes comunicar.
Aquí te puede ayudar hacerte algunas preguntas rápidas, como…
- ¿Cuál es el perfil mayoritario de tu audiencia?
- ¿Queremos acercarnos a alguna idea en concreto? ¿Como experiencia o tradición?
- ¿O quizás buscamos presentarlo como algo innovador?
El público al que va dirigido tu proyecto y el contexto donde se va a plasmar ese mensaje interfiere también en cómo debe ser resuelto. Ya sabes, escoge una tipografía que encaje con el contexto del mensaje, pero que nos permita también conectar con nuestra audiencia.
2. Busca referencias
¿No crees que sería algo imprudente lanzar una pieza de comunicación ahí fuera sin haber estudiado antes cómo lo enfocan otras marcas de tu sector?
Estudiar qué tipografías se están usando desde la competencia, nos ayudará a conocer más sobre su personalidad, y quizás a evitar escoger una demasiado parecida por nuestra parte. Por otro lado, buscar referencias para conocer qué tipografías se han usado en proyectos con el mismo objetivo o dirigidos hacia una audiencia parecida, podría ayudarnos a adelantar mucho trabajo previo. ¿No te parece?
Eso sí, si estás desarrollando un proyecto de branding o identidad de marca, ten presente que necesitamos diferenciarnos. La tipografía, además de ayudarnos a evocar algunos valores, puede contribuir también a que se nos diferencie de otras empresas del sector.
3. Define el tono y la personalidad del mensaje
Por si no lo sabías, todas las tipografías cuentan con su propia personalidad. Pueden evocarnos ciertas emociones o conceptos. Sus formas y su estilo pueden afectar directamente a cómo las percibimos. Para lograr una correcta comunicación, vamos a necesitar garantizar que el estilo de nuestra tipografía se corresponde con nuestro contenido. Y es que, en función de la que escojamos podemos llegar a trasmitir ideas muy diferentes o también a impactar a audiencias muy dispares.
Por eso, la forma y la personalidad tipográfica deben ser coherentes con el mensaje que queremos comunicar. La elección de la tipografía no solo afecta a la estética, también va a influir en la transmisión del mensaje. Usa tu sentido común, busca coherencia entre tipografía y contenido. Así lograremos usarla a nuestro favor, escogiendo la tipografía que mejor trasmita el mensaje.
4. Apuesta por la simplicidad
Si recuerdas, el objetivo de cualquier pieza de diseño gráfico es comunicar. Buscamos enviar un mensaje. Así que está comunicación será más directa y clara cuantos menos elementos la entorpezcan. Con esto no quiero decir, que tengamos que usar siempre una tipografía de formas simples y minimalistas, no. Pero sí que hagamos uso de tipografías con el menor número de elementos decorativos posible. Ya que sólo dificultarán la lectura y por tanto, el objetivo principal de comunicar.
Además, piensa también que una tipografía limpia y simple, siempre es más fácil de reproducir en diferentes ubicaciones, formatos o tamaños, contando con una adaptabilidad mayor. Si buscas una tipografía con algo más de carácter, como por ejemplo una tipografía decorativa, tan sólo ten presente este punto, para encontrar el balance idóneo entre la forma de los caracteres y la lectura del mensaje.
5. Ten presente el contexto
Define el propósito de la tipografía, porque la que escojamos debe ser coherente con él. Es decir, no es lo mismo escoger una tipografía para un logotipo, que para la portada de un libro, el titular de un cartel, el packaging de un envase o una página web.
Si por ejemplo, necesitamos escoger una tipografía para texto, es importante que cuente con variables tipográficas de peso, de inclinación o de ancho. Así podremos incluir negrita o cursiva a nuestros textos. Para textos muy largos, quizás deberías escoger tipografías que faciliten la lectura. Aquí las tipografías con serifa, o hasta las de palo seco, pueden ser una estupenda opción.
Por otro lado, si vamos a contar con poco espacio, quizás necesitamos recurrir a una tipografía condensada, que mantenga una correcta legibilidad con menos espacio. O aprovecha para incluir en los titulares tipografías que contribuyan a llamar más la atención. Te en cuenta también, que si vas a necesitar establecer una correcta jerarquía visual, quizás debas escoger una familia tipográfica completa, con sus diferentes variables tipográficas.
¡Ah! Importante, si vamos a comunicarnos en español, asegúrate de que la tipografía cuenta con la letra “Ñ”. Te puede parecer muy obvio hasta que te encapriches con una y luego compruebes que no cuenta con la dichosa letra…
6. Busca la armonía
Recuerda que intentamos crear una experiencia visual cohesiva, por eso la tipografía que escojamos al final debe armonizar con el resto del diseño. Piensa que una composición de diseño gráfico debe respirar armonía por varias razones; no sólo porque contribuya significativamente a la efectividad o a la estética de la pieza. Cuando los elementos están dispuestos de manera armoniosa, se facilita la comprensión: el espectador puede asimilar la información más rápido y sin distracciones. Transmite profesionalidad, porque un diseño armonioso demuestra cuidado y atención al detalle, generando confianza por parte de tu audiencia. ¿Sabías también que favorece la retención de información? Ya que tu público no se sentirá abrumado por complejidad o por falta de estructura.
No tengas miedo de experimentar con diferentes pesos y estilos de una misma tipografía, si con ello podremos lograr encontrar armonía o definir una correcta jerarquía visual.
7. Evita tendencias o fuentes de moda
Ya has visto que te recomiendo apostar por lo sencillo, pero quizás para algunos proyectos gráficos también recomendaría apostar por lo atemporal.
Si se trata de un proyecto de diseño gráfico que va a trasladarse en el tiempo, como por ejemplo puede ser un logotipo o una identidad de marca, creo que no deberíamos de seguir modas o tendencias. Su tipografía debería sobrevivir al paso del tiempo y acompañar a la empresa en la evolución del negocio. Piensa que lo que ahora es una tipografía en boca de todos, mañana podría pasar de moda. Y cuando hablo de fuentes de moda, no me refiero a tipografías prácticas y funcionales que llevan usándose durante decenas de años en el diseño gráfico, como pueden ser Helvética, Futura o Garamond, sino más bien de tipografías que por un motivo o por otro se lanzan a la fama rápido, y no cuentan con las suficientes cualidades para resistir el paso del tiempo. Como por ejemplo, Lobster, Jenthill o Pacífico… ¿no te parece?
8. Asegura la Legibilidad
Hablemos claro. Tú tipografía va a tener sólo dos objetivos. El primero es meramente estético, superficial. Pero el segundo y más importante es que debe ser funcional, es decir necesitamos ser capaces de leerla, para que la comunicación sea efectiva. Así que necesitas asegurarte de que la tipografía escogida contribuye siempre con la legibilidad del texto.
Si queremos comunicar algo el primer paso es que se lea, ¿no? Para ello no sólo hay que tener en cuenta la fuente tipográfica sino también el contraste. Este punto está estrechamente relacionado con los puntos 4 y 5 de Simplicidad y Contecto, claro. Si la tipografía va a necesitar reproducirse en diferentes soportes o tamaños, habrá que valorar su escalabilidad. O también el tracking, el espacio entre caracteres. Si usamos una tipografía con poco interletraje influirá negativamente en la legibilidad, especialmente en pequeños tamaños. O por el contrario, si incluimos demasiado espacio podemos acabar dificultando su lectura.
Ya sabes, trata de buscar un equilibrio entre letras y espacio.
Espero que estas 8 claves que te acabo de presentar te ayuden a filtrar más eficientemente entre la cantidad de opciones disponibles y a escoger de forma más directa y acertada la mejor tipografía para tu proyecto.
Artículos relacionados
Tipografías gratis y 10 sitios fiables para descargarlas
Paul Rand: Todo un maestro del diseño gráfico
El síndrome del impostor y el diseño gráfico
Una guía rápida de cómo no liarla en diseño gráfico
Helvetica: la icónica tipografía y sus alternativas gratuitas
Isologo: Qué es y cómo puede fortalecer tu identidad visual