Una guía rápida de cómo no liarla en diseño gráfico
El diseño gráfico es mucho más que una simple tarea creativa y conlleva más que “poner todo bonito”. Hablamos de una habilidad que requiere cierta técnica, investigación y metodología. En este artículo, quiero compartir contigo los errores más comunes que se repiten entre los diseñadores menos experimentados.
Si te habías preguntado antes, cómo destacar en este campo, aquí te presento algunos consejos clave para elevar tu trabajo. Conocerlos te ayudará a mejorar tu práctica en diseño gráfico.
Índice de contenido
- 8 claves para no liarla en diseño gráfico
8 pasos para no liarla en diseño gráfico
1. Conquista la historia del diseño gráfico
Aprender un poco sobre la historia del diseño gráfico, y conocer a los referentes del sector que vivieron antes que nosotros, es una fuente interminable de inspiración, que te ayudará a ser mejor diseñador. Te proporcionará una valiosa perspectiva sobre cómo ha evolucionado el campo, y qué técnicas y estilos han marcado tendencia.
Como en la mayoría de los aspectos de la vida, no puedes avanzar con éxito si no comprendes y conoces tu origen. Conocer el trabajo de autores como Paul Rand, Saul Bass, Milton Glaser, Massimo Vignelli o Herb Lubalin. Bucear sobre los orígenes de la tipografía y estudiar la trayectoria de los caracteres tipográficos de Bodoni, Helvetica, Garamond, Univers o Futura.
Sumergirse en esta rica herencia del diseño no sólo te conecta con los maestros que transformaron el campo, sino que también te capacita para innovar con un propósito, entendiendo que cada elección visual tiene una historia y un impacto.
2. Conoce las reglas, antes de romperlas
Para innovar en diseño gráfico, y poder llegar a romper las reglas de manera efectiva, es clave contar con una sólida compresión de sus principios y fundamentos. Esto incluye dominar la teoría del color, los principios del diseño, la teoría de la Gestalt o la psicología de la forma, por ejemplo. Estos campos nos ayudan a elaborar un diseño efectivo y comprensible.
La teoría del color nos guía en la selección y combinación de colores para generar un impacto visual. Los principios del diseño, como la jerarquía visual o el equilibrio, nos ayudan a crear composiciones armoniosas y a garantizar un orden correcto de la lectura. Gracias a la teoría de la Gestalt entendemos cómo organizamos visualmente la información, y junto con la psicología de la forma, también entendemos cómo las formas y patrones influyen también en nuestra percepción.
Contar con una base sólida en estos principios no sólo nos proporciona herramientas para crear diseños eficaces, sino que también nos da la libertad de ser más flexibles y creativos. Al conocer las reglas, podemos entender cuándo desafiarlas para lograr que los diseños sean más significativos y funcionales.
Recuerda que el fin último del diseño gráfico es comunicar. Domina la teoría para experimentar con confianza y adaptarte a cada contexto, sin dejar de ser creativo.
3. Investiga primero
Si eres de los que piensa que la investigación no es parte del proceso creativo, quizás el diseño gráfico no sea para ti. Un proceso de investigación, aunque sea breve, es clave. Investigar nos permite entender mejor a nuestro cliente, a su público objetivo, a la competencia e incluso las tendencias del mercado. Entiende el trasfondo y las preferencias del cliente.
Puedes aprovechar este paso también para buscar referencias de estilo que cuenten con una estética similar a la que estás buscando conseguir con tu proyecto. Las referencias te proporcionarán un punto de partida y te ayudarán a no desviar el enfoque. Recuerda, usa las referencias para inspirarte, pero asegúrate de crear algo original y único. Gracias a un proceso de investigación contaremos con más probabilidades de acertar y evitaremos dar palos de ciego. Nos ayudará a crear diseños más relevantes y efectivos. Entenderemos mejor a nuestro cliente, a quién va dirigido su marketing y cómo se aplicará tu diseño. Esta comprensión te permitirá estar un paso adelante de la competencia y ganarte el respeto de tus clientes al demostrar un conocimiento más profundo y relevante.
4. Domina el software de diseño gráfico
Los diseñadores gráficos somos auténticos comunicadores visuales. Gracias al uso de los programas de diseño y otras herramientas gráficas conseguimos plasmar en imágenes los mensajes que necesitamos transmitir a nuestra audiencia.
Todos sabemos que Adobe Photoshop es una herramienta muy versátil, pero no puedes depender únicamente de él. Como diseñadores gráficos, necesitamos dominar una gran variedad de software. Para operar como un profesional, es esencial que dominemos al menos un programa de las siguientes tres categorías principales de software:
- Software editor de gráficos rasterizados: Un software especializado en la creación, edición y modificación de imágenes basadas en mapas de bits, también conocidas como bitmaps. Aquí entrarían programas como Adobe Photoshop, Affinity Photo o Procreate.
- Software editor de gráficos vectoriales: Un software que proporciona herramientas especializadas para la creación y modificación de gráficos vectoriales, así como para el manejo del color. Bajo esta categoría podemos encontrar programas como Adobe Illustrator, Affinity Designer o, si buscas una opción gratuita, Inkscape.
- Software de diseño editorial: Este software permite crear y elaborar documentos multipágina con gran facilidad. Programas como Adobe Indesign o Affinity Publisher entrarían dentro de esta categoría de diseño editorial.
Cada uno de los programas bajo estas 3 categorías, está diseñado para tareas específicas y cuenta con herramientas únicas, por lo que es crucial conocer bien cada tipo y cómo se integran.
Así que ya sabes, aprende a usar otros programas como Adobe Illustrator e InDesign para mejorar significativamente la calidad de tus diseños.
5. Desarrolla un concepto
El concepto es la base sobre la que partirá tu diseño. Ya sabes, un punto de referencia que te ayudará a mantener el camino correcto y a evitar distracciones. Piensa que un concepto parte de una investigación concienzuda y te proporciona una guía clara durante todo el proceso creativo. Algunas técnicas como elaborar “un mapa de ideas” te pueden ayudar a desarrollarlo y a visualizar el concepto de forma más clara.
Una vez establecido tu concepto base, necesitas desarrollarlo a fondo para asegurar que sea sólido. Explora aspectos como la audiencia, el contexto y los objetivos del diseño. Las herramientas como los mapas de ideas te ayudan a organizar, a expandir y a moldear ese concepto para maximizar su efectividad.
6. Arranca con bocetado
No subestimes bocetar a mano. Creo que es una técnica muy efectiva para explorar ideas y desarrollar conceptos sin limitarte al software. Te ayudará a visualizar, probar y pulir esas ideas. Además, dar rienda suelta a tu mano sobre el papel también fomenta el toparte con nuevas soluciones.
El boceto a mano nos regala una libertad y flexibilidad que a menudo falta en el software de diseño gráfico. Nos permite experimentar y adaptar las ideas de manera rápida o solucionar bloqueos creativos. Integra esta técnica en tu proceso para el desarrollo de conceptos y fortalecer tu diseño final.
7. Crece con la crítica
Recibir críticas constructivas es clave para tu crecimiento como diseñador. Aunque puede ser difícil aceptar comentarios sobre tu trabajo, es muy importante que no te lo tomes como algo personal.
Busca la opinión de colegas, mentores o clientes que respetes para obtener una perspectiva externa valiosa. Trata la crítica como una oportunidad para aprender y mejorar, y rodéate de personas de confianza dispuestas a ser sinceras contigo. Así, cada comentario se convierte en una herramienta para perfeccionar tus diseños y avanzar en tu carrera.
8. Desarrolla un proceso
Tener un proceso claro y definido es una de las mejores formas de evitar errores y mejorar como profesional. Un proceso bien estructurado te ayudará a mantenerte organizado, a encontrar conceptos sólidos y a superar bloqueos creativos. Medita sobre todas las acciones previas que sueles realizar, y estudia qué falta y qué puede mejorar. Reflexiona sobre tu propio proceso y ajusta lo que sea necesario para maximizar tu efectividad.
Un proceso bien definido optimiza cada etapa del diseño y facilita la identificación temprana de problemas. Establecer fases claras y usar herramientas como una simple checklist te ayudará a mantener el rumbo y a ser más eficiente. Ve probando poco a poco y ajusta tu proceso según sea necesario para trabajar con mayor confianza y lograr resultados más consistentes.
Ya has podido comprobar que el diseño gráfico es más que simplemente ser creativo. Es un proceso que requiere investigación, habilidades técnicas, y un enfoque estructurado. Sigue estos consejos para evitar los errores comunes y mejorar tus habilidades en diseño gráfico.
Recuerda, el diseño es un campo en constante evolución, y siempre hay algo nuevo que aprender y explorar.
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